Tu actitud lo cambia todo

Constantemente escuchamos una vocecita interior que invade nuestra mente de muchos pensamientos. Vamos etiquetando a las personas y circunstancias. Nos llenamos de prejuicios y emociones que nos hacen adoptar diferentes roles en nuestra historia de víctimas, mártires, guerreros, triunfadores o simplemente espectadores. Somos lo que pensamos. La buena noticia es que nuestra vida cambia cuando decidimos, de manera consciente, cómo queremos ver nuestra realidad.

La mala noticia es que, habitualmente, adoptamos innumerables creencias que no nos favorecen: "arriesgarse es de tontos", "no soy suficiente para el puesto", "soy muy viejo para casarme", "todos me tienen envidia", "debo ser el primero en todo" y muchas otras. Así, la persona insegura de sus talentos, pierde la oportunidad de resolver un problema, lograr un ascenso, encaminar un negocio o cambiarse a un mejor empleo.

Los que suponen que todos quieren aprovecharse de ellos, deciden no confiar en nadie y viven solitarios, pero anhelaban compañía. Los que se autoexigen para ser los mejores, se llenan de ansiedad y mal humor, pero buscaban bienestar. Muchas de estas personas, no son conscientes de su situación o están atrapadas y necesitan el apoyo de un coach o un mentor que las ayude a encontrar la salida: identificar los pensamientos limitantes, aceptarlos, cambiarlos a positivo o apagarlos. Así darán un gran salto hacia nuevas creencias que les permitan ver la realidad con una actitud positiva.

Cuando somos optimistas, rescatamos lo positivo de lo que observamos o experimentamos. ¿Cómo lo logramos? Primero, cambiando el modo en que vemos nuestra realidad, dejando fluir pensamientos que nos empoderen y alimenten un nuevo sistema de creencias que sí nos favorezca. Por ejemplo, cambiar "debo ser el primero en todo" por "disfruto todo lo que hago". Segundo, estableciendo un objetivo, ya que por más pequeño que éste sea, despertará la motivación y enfoque que nos conducirá al bienestar. Tercero, hacer la lista de las alternativas y recursos con los que contamos para lograrlo.

Lo más grandioso de estos tres sencillos pasos es que, en poco tiempo, nos ayudan a ver posibilidades que no habíamos visto antes, dotándonos de los recursos suficientes y la fuerza emocional para vencer los obstáculos porque HABREMOS DESCUBIERTO EL PODER DE EXISTIR.

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